"Yo sé que habita un hada dentro de la sal de las lágrimas."
(AnataNakami 2008)
Se retiró el pecho
lo arrancó de cuajo
el despechado.
Creía que así
dejaba de sentir
ese dolor humano
cuando el Otro ejerce
propia libertad
de elegir a quién amar
y cómo y cuándo y dónde.
Se le notó, demasiado
el corazón, al despechado.
Se supo que lo tenía
congelado, carecía...
congelado, carecía...
... Le faltó Porchia
en su biblioteca.
FOTO: Escultura de Nathan Sawaya