viernes, abril 04, 2014

Gajos celtas

Era 
por entonces
el día vigésimo nono.

Se abría el pedrusco plomizo
en que el cielo se había convertido

por azar o por carencia
las fauces difuminadas inundadas de luz.

- Había quienes deseaban el cambio del sentido
y el gusto seguía siendo gusto -.

Y entonces el anciano habló:
"desde la lejanía
se abalanza un dechado de virtudes
un revuelo de bienaventuranza
(bienestar, susurró por un instante)
una tormenta de esperanza
un alud de oportunidades benéficas
un estrépito de bienvenidas
cual torrente de satisacciones a la carta"

Nadie pudo pronunciar palabra
se calla siempre que el ancestro habla.

Al menos así cuenta la leyenda del perdón.

FOTO: Imaginaria 45. Sin nota de autor. Permitido imaginarla.