Desandar los caminos pausados
volver a recorrerlos
desde la alegría. Y disfrutar.
La entereza toma
la forma consistente
de la personalidad construida
con la solidez demarcada a pulso.
Hay escollos
siempre los hay en el camino
y fijar metas fijas ya no es la meta.
Una intención
hacer sin hacer, haciendo
tal vez el camino de los brujos
tal vez la huella de Florinda
tal vez todo y nada y siquiera algo.
Amar (y armar) la vida.
FOTO: nº tanto de bodyart de Gustavo Gottardo.
Casi 43 y no es el número de la foto, no. Siempre rearmándonos y amando; qué bueno.
ResponderEliminarBefas matemáticas aparte, gracias por tu comentario Patricia.
Eliminar¨Armar¨ la vida, claro. Así el arte que no la crea por supuesto, de ella lo mejor: el amor. Gracias, poeta!
ResponderEliminar¡Gracias a ti, poeta, por tu comentario!
EliminarCerteros y degustables versos.
ResponderEliminarNos leemos.
Saludos ;-)
Nos estamos leyendo :)
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