Se relajan
los músculos de tu
rostro atardecido
como si de pronto
las estrellas todas
aparcasen
en tus mejillas
y la noche
posada en la sombra
de tus pestañas
invitase al beso
suave
en tus párpados
apenas temblando.
FOTO: El hombre dormido, de Leónidas Cantillo
"Si ves que duermo, apaga la luz y haz el silencio... mañana retomamos por donde lo dejamos; también el amor necesita del reposo reparador."
ResponderEliminarFelicidades por el poema.
Besos.
Que bueno que una de mis obras ilustra otro poema... Saludos desde Costa Rica!
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