lunes, septiembre 06, 2010

La memoria



La viajera inquieta

perenne

transita la duda lejana

que impera en el coloquio

como difuso ardid de un recuperar constante

conteniendo

rasgos de amargura y

vestigios de todo aquello

que alguna vez nos importaba tanto.


Traduce a lo real

los rostros afectuosos

y afectivos

con que identificamos algo

proponiendo

inconsciente

dejar rasgos meritorios

en todo aquello que el hoy reclama.


Recupera por y para

nosotros

el tiempo aquel que

perdido en el velo selectivo

atrasa los relojes ante el miedo

y ante el fracaso de no ser

lo que queríamos

cuando no éramos más felices que ahora.



Buenos Aires, Capital Federal,

22.12.1998


FOTO: Desintegración de la persistencia de la memoria, de Salvador Dalì

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